Beirut, no has entendido nada

Escribo desde un hostal en Beirut, en el barrio artístico de Gemmayzeh. La ciudad parece estar a punto de derrumbarse. Portales que penden de una viga temblorosa, edificios con la fachada completamente destrozada, ventanas señoriales con todos los vidrios rotos, cubiertos algunos con lonas, otros dejando al descubierto viejos palacios descascarados y convertidos en refugio de desplazados.  La gran explosión del puerto, en agosto de … Continúa leyendo Beirut, no has entendido nada

Yo vivía en un barco en el Mediterráneo

Cómo me convertí en marinera del yate del Emir de Catar —El Constellation zarpa rumbo a Doha y necesita tripulación —me dijo Lluis, que era su jefe de máquinas. En un papel me hizo un croquis del Club de Mar, el puerto privado de Palma de Mallorca donde tenía amarrado el barco. —En la entrada no mires a nadie, sólo sigue de largo y no … Continúa leyendo Yo vivía en un barco en el Mediterráneo

Diez días en los trenes de Ucrania

En las crónicas que escribió mientras surcaba el país en trenes siempre al borde de ser atacados aparecen la frontera, la ciudad de Lviv, la capital Kiev y sus suburbios, como Bucha e Irpín, que fueron objeto de masacres indiscriminadas, y luego el viaje al sur, al Donbás, a 20 kilómetros del frente. Son instantáneas de un combate que no cesa. Antes de cruzar la … Continúa leyendo Diez días en los trenes de Ucrania

Entrada fija

Bucha después de la guerra.

La ciudad está limpia y vacía. Han barrido las calles. Han recogido los escombros en enormes montones que se acumulan a los lados de las veredas.

Los tanques carbonizados a lo largo de la calle Vokzalnaya fueron retirados y apilados en un depósito en las afueras de la ciudad, convertido en lugar de peregrinación. Tanques, camiones blindados y autos calcinados se apilan como juguetes ante la mirada fascinada de periodistas y fanáticos de las armas. Continúa leyendo Bucha después de la guerra.

Un chaleco y dos cascos

Miro por la ventanilla del tren que me lleva a Zaporizyia y pienso qué haré mañana cuando llegue. ¿Por qué no me quedé en Kiev? No conseguí ningún contacto firme para entrevistar y temo pasar todo el día deambulando entre las calles, cargando mi mochila pesada sin conseguir nada concreto. Pero Kostyantyn me dijo que fuera a Zaporizyia, que allí estaban pasando cosas, y que … Continúa leyendo Un chaleco y dos cascos

Solo denme un Kalashnikov

Kostyantyn  Kostyantyn me acompañó hasta la estación de tren de Zaporizyia, casi al caer la noche. Insistió en que esperara en su casa, que cenara con su esposa y sus dos niños, pero me había acompañado durante todo el día, y me negué en forma rotunda. Era demasiado. Entonces Kostyantyn cargó mi mochila hasta la sala de espera, la puso al costado de mi asiento … Continúa leyendo Solo denme un Kalashnikov